top of page

Más y Mejor: La sinergia para el gasto en salud

El crecimiento del gasto en salud y del Producto Interno Bruto (PIB) de un país deben guardar una relación positiva; en las últimas décadas, República Dominicana ha tenido un importante crecimiento económico; aun así, el gasto público en salud como porcentaje del PIB permanece como uno de los más bajos en la Región de Las Américas (menos del 3%) y con un gasto de bolsillo muy elevado (más del 40%). Aumentar el gasto público en salud y disminuir el gasto de bolsillo contribuirían a mejorar la situación de salud de la población dominicana y evitar gastos catastróficos.


Tan importante como aumentar el gasto en salud, lo es también mejorar el gasto, y aquí la eficiencia en la gestión y la reducción del malgasto se convierten en temas prioritarios. De acuerdo al informe “Panorama de la Salud: Latinoamérica y el Caribe 2020” (OCDE, BM), abordar el malgasto en los sistemas de salud implica revisar las estructuras, regulaciones, servicios y procesos que son dañinos o que no brindan los beneficios esperados; igualmente se deben evaluar los costos que podrían evitarse, al sustituirse por otras alternativas que resulten más baratas y con idénticos o mejores beneficios.


En el área de atención clínica, el malgasto de recurso existe cuando los pacientes no reciben una atención adecuada ni de calidad, cuando se presta una atención de manera insuficiente o excesiva y con bajo valor ya sea por ser ineficaz o inapropiada, cuando hay duplicaciones innecesarias de exámenes o procedimientos innecesarios o cuando existe riesgo de eventos adversos evitables.


Para poder tomar mejores decisiones tanto clínicas como financieras, es fundamental evaluar y priorizar la tecnología sanitaria a implementar, como son los procedimientos médicos, los productos farmacéuticos y los dispositivos médicos implantables; esto permite saber qué métodos o productos son más efectivos para lograr resultados de salud positivos, pudiendo así obtener beneficios con menos recursos.


Un sistema de salud eficiente debe ofrecer una combinación óptima de atención curativa y preventiva; una atención primaria con alta capacidad resolutiva, que garantice la atención eficaz del paciente, reduciría los ingresos hospitalarios potencialmente evitables, evitando la sobre-utilización de recursos hospitalarios, los cuales son fuente importante de ineficiencia y malgasto; evitaría además, la exposición de los pacientes a riesgos adicionales como infecciones nosocomiales; así mismo, fortalecer una red integral de atención y mejorar la capacidad de gestión hospitalaria, garantizaría un buen equilibrio entre el acceso y la estancia hospitalaria, evitando las re hospitalizaciones.


Una carga financiera importante representan los medicamentos, para reducir gastos innecesarios es fundamental el uso y la prescripción racional de medicamentos, evitar indicar medicamentos excesivamente caros frente a otros de igual eficacia pero más económico, o el uso de medicamente con baja eficacia y no recomendado por guías clínicas y protocolos de atención.


La fragmentación del sistema de salud (varios subsistemas paralelos), es igualmente una fuente importante de malgasto que conlleva duplicación de funciones de gobernanza, financiamiento y provisión de servicio; las instituciones ineficaces son un importante impulsor de la ineficiencia y en algunos casos favorece diferentes formas de corrupción.

La recopilación de información sin un propósito o valor real para mejorar el sistema de salud representa un claro ejemplo de malgasto; un proceso eficiente depende de un sistema de información efectivo que pueda identificar fuentes de ineficiencia y áreas de mejora potencial; poder contar con datos de buena calidad sobre los insumos, productos, resultados, procesos y mecanismos de retroalimentación, es una forma efectiva de identificar ineficiencias administrativas y de asignación.


Cuando se diseñan e implementan políticas adecuadamente, se es más eficientes y se logran mejores resultados; paralelamente a un gasto administrativo apropiado, que evite duplicaciones y acciones de gobernanza innecesarias o de bajo valor, se debe también invertir en infraestructura de salud y sistemas de tecnologías de información que orienten sobre políticas y procesos clínicos de una manera ágil y útil.


Cualquier esfuerzo para reducir el malgasto en salud deberá ser abordado de manera integral y holística, con la participación de todos los actores del sistema, siendo fundamental una comunicación efectiva y transparente, que asegure que tanto los pacientes como los proveedores estén bien informados y comprendan cómo sus elecciones son parte del panorama general del sistema de salud.


Si te gustó por favor compártelo.

 
 
 

Entradas recientes

Ver todo

1 Comment


dr.alam
Jul 12, 2020

Estupendo Ricardo, es importante señalar las estrategias de prevención, existen las vacunas con un PAI más completo completo, según la famacoeconomía, la inversión de 1 dólar produce un beneficio equivalente a 10 dólares. Nos indica una alta rentabilidad en salud y solo esa estrategia. La atención primaria bien llevada, con calidad/calidez y la organización en la atención no lleva a reducción de recursos y mejor distribución de los mismos. La OPS ha recomendado el 6% del PID para el presupuesto en salud. Esta muy lejos de ser alcanzando. Vivimos en enequidad.

Te exhorto a seguir con tus aportes, mueven a la reflexión y a conocer mejor los asuntos en salud. 👍👏

Like
Publicar: Blog2_Post
bottom of page