“Bioética, Pandemia y Exclusión Social”
- reliasmelgen
- 5 jun 2020
- 3 Min. de lectura
Comentarios realizados en la “Serie de reflexiones bioéticas en tiempos de COVID 19” organizado por la Comisión Nacional de Bioética (CNB) el 23 de abril 2020
Dr. Ricardo Elias Melgen
Quiero iniciar este comentario, haciendo referencia a la denuncia de la iglesia católica del país, en el sermón de las 7 palabras, sobre las desigualdades y dificultades que padecen los más vulnerables en medio de la pandemia del coronavirus.
Cito: “El virus tan solo levanto la sabana para que pudiéramos ver al enfermo”
Lo que esta epidemia ha mostrado, es la verdadera situación del sistema de salud dominicano y el modelo que se ha venido implementado en las últimas décadas. La epidemia del COVID 19, ha evidenciado en el sistema de salud lo que la prueba PISA evidenció el pasado año, para el sistema educativo.
Durante la pasada epidemia de Zika, en una investigación en la que participábamos, nos preguntábamos sobre la capacidad que podría tener el sistema de salud dominicano, para dar una respuesta rápida y efectiva ante una epidemia de gran magnitud y que las decisiones que se tomaran sean basadas en la mejor evidencia disponible.
Frecuentemente se toman decisiones para implementar medidas que son correctas, pero la implementación no se hace de manera adecuada, y en vez de favorecer a la población, perjudicamos o excluimos.
Quiero comentar 2 medidas, que son básicas desde el punto de vista epidemiológico ya que actúan disminuyendo la exposición y cortando la cadena de transmisión:
1) El distanciamiento físico, con el mensaje quédate en casa.
2) Acceso a las pruebas de diagnóstico.
El sociólogo Hamza Esmill plantea que el confinamiento es un concepto burgués; la idea es, que todos tenemos una casa individual, en la que podamos refugiarnos.
“ven a mi casa, yo quiero que tu vengas a mi casa y vivas en mi casa”
Fue la respuesta de un motoconchista a una presentadora de televisión local, quien le preguntaba de por qué no respetaba la medida impuesta por el gobierno.
Como pedirle que se queden en casa y que cumplan con medidas estrictas de higiene y lavado de manos frecuente, a una población que vive en un hacinamiento extremo, sin acceso a agua o saneamiento básico.
Como pedirle que se queden en casa, a una población que vive del día a día y que si no sale a “buscársela” no come, como respondió otro ciudadano a otro periodista.
Ante esta realidad, vino la ayuda del gobierno, correcta, pero no bien implementada. Se evidenció como se repartió esta ayuda, sin tomar en cuenta ninguna medida que garantice el distanciamiento físico y con un elevado riesgo de contagio.
También se vio de como, a quien no cumple con la medida de toque de queda impuesto, se le lleva detenido. Más de 40 mil ciudadanos detenidos por no cumplir el toque de queda; y me pregunto, cuántos de esos ciudadanos contrajeron o transmitieron el COVID 19 durante su detención; no lo sabemos.
Y así otras medidas más, con el objetivo de que la población cumpla con el distanciamiento físico; pero, tomadas más por la ocurrencia que en base a la evidencia.
La otra medida que quiero comentar, es el acceso a pruebas diagnostica, elemento fundamental para detectar los casos, aislarlos y cortar la cadena de transmisión.
Aquí hace su aparición el mercado de la salud, al inicio cobrando RD$16,000 por una prueba, luego RD$ 5,000.
Y vemos como un problema de salud pública, desde el inicio de la epidemia, es dejado al mercado. Ante una crisis de salud, es al Estado a quien le corresponde garantizar el acceso de la población a los medios de diagnóstico y tratamiento, sin gasto del bolsillo.
Es cierto que en las últimas semanas, el número de pruebas de diagnóstico realizadas por día aumento; pero, durante los primeros 40 días de la epidemia, las pruebas no pasaban de 400/días, con lista de espera de hasta una semana.
Podríamos seguir discutiendo otras medidas; como 1) el acceso a la atención del paciente una vez diagnosticado, 2) el acceso para la atención y seguimiento de otras patologías, como las enfermedades crónicas, principalmente en las poblaciones vulnerables, quienes tienen que gastar en transporte y recorrer grandes distancias para poder llegar a los hospitales; pero no quisiera ocupar más tiempo.
Solo para finalizar, quiero dejar 2 preguntas, que he venido haciendo en estos días;
1) Cuando la esta situación pase y ante las grandes debilidades que se han evidenciado claramente en el sistema de salud dominicano; ¿Cuáles serán las decisiones que se tomaran con relación al sistema de salud, al modelo actual predominante y a la inversión?
2) ¿Cómo hubiera sido la respuesta a esta epidemia, bajo un modelo de salud basado en Atención Primaria en Salud? y aclaro estrategia de Atención Primaria en Salud, y no como refiere Mario Testa en su libro Pensar en Salud, atención primitiva de salud.
Comments